Esta es la segunda entrevista que nos ofrece Ximena sobre su experiencia con la maternidad subrogada. Nos cuenta cada paso emocional de esta gestación tan especial y única que ella lleva acabo por amor a su hermano.
María – Hola Ximena. ¿Qué tal? Bienvenida de nuevo a Tu Familia Crece. En la anterior entrevista nos contabas tu aventura de ser madre canguro, desde cómo empezó todo hasta el momento de la transferencia de los embriones. Nos encantaría que ahora continuaras con esa historia, sobre todo desde que te enteras que estás embarazada hasta el nacimiento del bebé. Ya sabes que este es tu espacio para poder hablar sin miedos y sin tabúes. Cuéntanos, háblanos de cómo fue ese momento, el momento en el que te enteraste que estabas embarazada.
Ximena – Gracias María, encantada de estar de nuevo con vosotras. Después de la transferencia de los dos embriones en Brasil, regresé a Lima y empecé a hacer vida normal. Volví al trabajo y a las dos o tres semanas, tenía programado el analisis de sangre para ver las hormonas.
Entonces sí, ese día estuve con muchos nervios, a la expectativa de que esto tenía que resultar, siempre con la confianza de que iba a funcionar.
Y efectivamente, habíamos quedado mi hermano y yo en hacer un Skype por la tarde para ver juntos los resultados del laboratorio que los mandaban por mail. Entonces primero entré yo sola en el link, el corazón se me salía del pecho más que cuando me pasó con mis hijos y entonces vi que el índice de las hormonas era super alto.
Ahí, sí. ¡Qué emoción, que nervios sentí! Lo primero que hice fue llamar a mi marido a su trabajo y le dije «vas a ser tío». Celebramos por teléfono y por la tarde ya teníamos el Skype con mi hermano y mi cuñada. Recuerdo que entré en Skype con muchos nervios y ví que no tenían la webcam encendida , me enteré luego que tenían miedo de que la noticia fuera a ser negativa. Les dije «Encended la cámara «y al encenderla vieron la hormona y… super festejo ,¡¡¡ felicísimos!!! Súper emocionante. Ese momento fue de los momentos más bonitos de todo el proceso del embarazo.
M – ¿Y cómo fue también decírselo a tus hijos, por ejemplo?
X-Con los niños esperamos porque eran pequeños. Los únicos que lo sabían era mi mamá y los padres de mi cuñada y con los demás decidimos esperar hasta que pasara el primer trimestre. Mi vida continuó normal, trabajando, con los niños y con mi marido. Y después pasaron 10 días y tocó la primera visita al al ginecólogo. Ese fue otro momento raro.
«Y ese fue otro momento culminante. Porque una cosa es que el análisis de sangre te lo diga y otra es escuchar latir el corazón.»
M – ¿Cómo fueron esas visitas medicas? ¿Ibas tu sola? ¿Venían de Brasil a acompañarte?
X – Ellos venían siempre, venían a cada visita, lo sentían como parte del compromiso hacia todo el proceso. Ellos querían estar en todos los hitos importantes, incluyendo las visitas a los doctores. Entonces, en esa primera visita fuimos los cuatro a ver al doctor Kilowog que ya lo habíamos conocido previamente y es muy cariñoso. Es en este momento en el que se confirma el embarazo por los análisis de sangre.
Fue un momento muy gracioso porque el doctor no sabía a quién mirar. Me miraba a mí a ratos. Luego miraba a mi cuñada a ratos. Luego miraba a mi marido… El pobre como que no sabía a quién mirar. Y cuando me miraba a mí, yo trataba de distraer la mirada para que los mirara a ellos… Nos felicitó a los cuatro y pasamos a la sala de la ecografía. Y ese fue otro momento culminante. Porque una cosa es que el análisis de sangre te lo diga y otra es escuchar latir el corazón.
Fue un momento súper emocionante. Los cuatro en la sala esperando a que salga la imagen y sale la imagen… Y sí, fue super emocionante, (Ximena se emociona al contar esto) todos súper felices. Y ahí se confirma que estaba de 1 mes. El doctor pensaba que de repente había dos porque la hormona estaba muy alta, pero ahí se confirma que era un solo bebé, un latido.
M – ¿Estabais preparados para una posible doble noticia?
X – Sí. De hecho yo tenía un poco de penita porque hubiera querido que fueran dos en ese momento, pero bueno con uno estábamos más que felices y ya pudiendo vivir ese primer día, ese primer contacto de escuchar al bebé.
M – ¿Cómo te sentiste en relación a tus otros dos embarazos?
X – Las emociones eran diferentes pero también iguales. Osea, siempre tuve la claridad mental, emocional de que no era mío, de que era mi sobrino, de que solo era la portadora.
La parte física era igual, un embarazo normal como el de mis hijos. Me sentí mal al principio porque tuve muchas náuseas, malestar, un cansancio terrible. Y por el lado del cuidado personal creo que me cuidé más en este embarazo que en los otros dos. Me cuidé un montón y lo cuidé.
M – Y para este cuidado tuyo personal que comentas ¿Recibiste alguna ayuda externa de alguna organización o una ayuda psicológica?
X – Bueno, sí, seguíamos con la agencia que mi hermano había contratado en Estados Unidos, nos acompañó durante todo el proceso. Contábamos con un psicólogo, un coach, otra persona con la que trabajábamos la parte legal. Todo. Mi coach fue una americana que había sido también mamá canguro de su primo. Conversábamos cada 15 días, sobre mis dudas, mis inquietudes, de todas las expectativas, las emociones…
Y después en Lima también tuve una coach. Entonces tenía miedo. Aquí la veía presencial, iba a su oficina y me reunía con ella, recurrí mucho a ella, hasta el final del embarazo, porque además estaba muy cerca de mi oficina. Esos dos soportes para mí fueron críticos. Además, mi hermano y mi cuñada también conversaban. Ellos tenían sus propias sesiones para tener su propio espacio, porque ellos también tenían una carga emocional diferente, que no siempre compartían conmigo. Yo creo que para no preocuparme o para no cargarme más. Claro. Yo creo que ellos hablaban de sus preocupaciones con la coach aparte.
M – ¿Tuviste algún momento complicado?
Físicamente fue un embarazo normal. Después del primer trimestre nos trasladamos del doctor especialista en fertilidad a mi ginecóloga de toda la vida. Yo quería tener a mi ginecóloga con la cual me veo hace muchísimos años y había recibido a mis hijos y conoce mis embarazos. Mi hermano y mi cuñada estuvieron de acuerdo. Así que bien, físicamente el embarazo no tuvo ningún inconveniente.
Emocionalmente yo creo que tuve dos miedos claros hacia el final del embarazo. Cuando se acercó el momento de la cesárea, me dio un poco de miedo de mí misma. O sea, ¿qué pasa si me pasa algo a mí durante el parto? Y por otro lado también me empezó a dar miedo el querer al bebé. Entonces ya lo quería, pero como que me costaba admitir que lo quería. En ese momento tuve una conversación muy importante con mi coach, porque en un momento dado ella me dijo : «¿Pero por qué no lo vas a querer si es tu sobrino especial? » Entonces ahí me di cuenta. Si, claro. O sea ¿ por qué no? Quería tener la libertad de quererlo pero como sobrino, claro, no como hijo.
M – Me interesa mucho esto que estás diciendo. Tratabas de decirle adiós a tu manera. No es que no le quisieras. Pusiste en marcha un mecanismo de defensa para no pasarlo mal. Obviamente lo ibas a querer, pero creaste como una barrera entre tú y él para no despertar otros sentimientos que te hicieran pasarlo mal.
X – Si, yo creo que inconscientemente cuando tú quieres algo muy cercano a ti y lo pierdes hay un sufrimiento y un duelo, hay una pérdida. Igual iba a haber eso, una pérdida de esa experiencia, una pérdida de lo que estuvo contigo en tu cuerpo. Me parece que inconscientemente en ese momento los pensamientos eran «Ay, y si lo quiero demasiado, ¿como haré después?». Aquella conversación con mi coach me ayudó un montón, darme cuenta de que si lo quiero como sobrino, mi sobrino especial de toda la vida, será especial para mí. Y está bien quererlo, ¿no? Como sobrino especial.
M – Efectivamente tu ibas muy segura de tu decisión pero hasta que no llegó el momento real no sabias como ibas a reaccionar. Entiendo que esas dudas que comentas son perfectamente comprensibles. Es lógico que tuvieras miedo de como gestionar ese sentimiento de amor ¿ verdad?. Creo que fue muy importante, que tuvieses ese apoyo y ese acompañamiento. Porque si no hubiese sido mucho más complicado.
X – Sí, sí. Además mis hijos habían tenido una convivencia de las dos familias muy cercana durante todo ese año y se habían acercado mucho a sus tíos, muchísimo. Se creó una unión especial entre los niños, mi hermano y mi cuñada. Y yo les pedí que después de que naciera el bebé mantuvieran esa unión porque yo no quería que mis hijos perdieran eso tan lindo que habían creado con sus tíos, ¿no? Y así ha sido. Yo sabía que yo sufriría ese duelo, pero de alguna manera quería proteger a mis hijos de que no sintieran de pronto un corte.
M – ¿Y cómo llevaron ellos que tu barriga fuera creciendo? Porque con dos y cuatro años ¿cómo les explicas a dos niños tan pequeñitos lo que va a pasar? ¿Cómo lo hiciste?
X – Lo hicimos con la ayuda de la psicóloga y las coaches, nos sugirieron hacerlo con el libro de los canguros que ya comentamos en la primera entrevista y mi hermano lo consiguió. Es un libro especial que habla de dos familias de canguros donde una familia le carga al canguro en la tripita y luego esa familia le entrega a la otra el cangurito para que sea suyo y así completar su familia.
Ya habíamos pasado el trimestre, ya se me estaba viendo más la barriga, ya le teníamos que contar a los chicos. Entonces ese día los cuatro nos sentamos y mi esposo y yo les empezamos a explicar el libro. El de 4 años estaba muy atento a toda la historia y el de 2 añitos corría alrededor.
El de 4 lo escuchó, leyó todo el libro con nosotros y creo que hizo un par de preguntas, no me acuerdo. Y al final dijo tres cosas que las voy a contar porque a mí siempre me impresiona la sabiduría de ese niño tan chiquitito. Me dijo: «Mamá : ¿tu no le vas a dar tu leche a ese bebé? Y le dije :» No, no le voy a dar la leche». Y después dijo : «¡Ah! ¿Entonces mis tíos le van a poner su nombre?». «Sí, nosotros no le vamos a poner el nombre porque no es nuestro.» Y al final dijo: «¿Entonces nosotros vamos a seguir siendo cuatro y ellos tres?».
Con esto, nos quedó muy claro que él había entendido perfectamente la historia de lo que estábamos haciendo y la base del amor, el amor que yo le tengo a mi hermano y a ellos. Y que por ese amor ofrecí esto.
M – Que importante es ser claro con los niños, adaptándonos siempre a la edad de ellos dando solo la información que nos reclamen. En este caso transmitiéndoselo con un cuento y encima viendo el amor y el cariño con el que estábais viviendo todo el momento, lo han asimilado bien como una forma más de familia. Han crecido con eso y lo aceptan de una forma natural y están felices con ello. Eso es muy importante.
X – Al poco tiempo el mayor empezó el colegio. Yo ya estaba super panzona. El había interiorizado todo eso hacía rato, pero después la profesora nos contó que el a veces preguntaba a sus amiguitos si ellos venían de la tripa de su mamá o de la tripa de su tía, para él era normal ¿no?
M – Cómo viviste esto con otras personas, con amigos, etc… ¿Cómo fue? ¿Lo hablabas ? ¿Cómo lo manejaste?
X – Lo fuimos contando poco a poco, primero a la familia y amigos íntimos. Después de saber que todo iba bien pasado el primer trimestre del embarazo, lo primero que hicimos fue juntar a la familia más cercana, nos juntamos una noche y ahí mi hermano y mi cuñada contaron la noticia. Fue un shock al principio porque sospechaban que yo estaba de nuevo embarazada, pero nunca imaginaron que no era nuestro. Se pusieron muy contentos. A las dos semanas hicimos otra reunión con mis tíos, primos, etc y ya lo contamos a todos. Mi hermano y mi cuñada tenían su plan de comunicación, son muy estructurados, tenían muy claro cómo lo querían hacer, nosotros fuimos participando con ellos en su manera de comunicar la noticia.
En mi trabajo se lo conté a mi equipo, que en ese momento era bastante grande. Nos sentamos todos y lo expliqué, lo recibieron super bien, se emocionaron, me cuidaron… fue muy bonito.
M – Dices que todo fue fantástico, pero ¿todo el mundo lo recibió bien? ¿Hubo alguna duda o preocupación?
X – No, todos estaban felices. Claro, tenían miles de preguntas, pero todos estaban y están felices.
«Fue maravilloso verlos a los tres abrazados tan felices. Fue único.»
M – Y ya llegando al momento del parto, ¿cómo fue? ¿Cómo fue ese momento emocionalmente hablando para ti?
X – Antes del parto los días pasaban y la emoción aumentaba. Nos dieron la fecha, 15 de marzo. Entonces, en realidad yo no tenía mucho que preparar. Era un embarazo diferente también en ese sentido, porque no tenía que preparar su cuarto, ni su cunita, nada. Mi maleta y ya está.
No tenía que hacer lo que usualmente hacía. Yo estaba emocionada, pero tranquila a la vez. Mi hermano y mi cuñada estaban estresados y muy emocionados con todo lo que que tenían que preparar. Los días previos no hubo mucha comunicación. Sí muchos controles para que estuviera todo perfecto hasta la confirmación de la fecha. El día de antes de la cesárea ingresé con mi marido que se quedó a dormir conmigo esa noche.
Y llegó el gran día, habíamos coordinado con mi ginecóloga para que pudiéramos estar los cuatro en la sala de partos. Ella había pedido permiso y aparentemente se lo dieron. Todo estaba ok, llegaron mi hermano y mi cuñada, estábamos los cuatro juntos y antes de entrar en la sala de partos nos dicen que el anestesista no quiere que haya tanta gente. Fue un momento de confusión porque ellos soñaban con ese momento.
Ahí sí me puse fatal, se me caían las lágrimas porque yo quería estar con mi marido, quería que me acompañara, y por otro lado tampoco le podía quitar a ellos la experiencia de ver a su hijo nacer. Entonces dije no!!! No puede ser!!! Llamaron al anestesista y le expliqué la historia. Después vino la enfermera a tomarme el pulso y también le conté a ella y así a todos los que venían para prepararme para la cesárea. Y al final, después de todo, cedieron y finalmente pudieron acompañarnos.
Yo hablaba, hablaba, hablaba y entonces entraron todos, entraron los tres, felices, tranquilos. Mi marido estaba conmigo, en la cabecera de la camilla y ellos dos delante. Y entonces empezó la cesárea. Ahí estaba muy consciente y relajada. Fue super rápido. Y nació el bebé y se lo dieron a ellos. Eso ya lo habíamos hablado con mi ginecóloga, no podía haber error. Y así fue.
Mi cuñada lo recibió junto a mi hermano. Ella se subió la camisa y se lo puso en el pecho y estuvieron así los tres abrazaditos. Mientras mi marido y yo esperábamos tranquilos observando. Después me lo pusieron a mi encima y nos hicieron una foto a los tres, fue precioso. Y se lo llevan rapidito a limpiarlo y a descansar. Y así fue, muy rápido e inolvidable. Fue maravilloso verlos a los tres abrazados tan felices. Fue único.
M – ¿Y cómo fueron los momentos posteriores hasta que volvieron a llevar al bebé con vosotros?
X – Primero me durmieron para coserme y me pasaron a recuperación, cuando desperté me llevaron a mi habitación y estaban mi marido, Nacho y Claudia esperándome. El bebé no estaba todavía. Y entonces, en ese momento, nos abrazamos. Todo había salido bien!!!!
Al ratito vino la enfermera con Mateo, pero ella no sabía la historia, miró al bebé y me lo dio a mi, pues era lo lógico en circunstancias normales, dárselo a quien está en la cama. Entonces yo le cogí en mis brazos, le abracé y se lo entregué a Claudia. Para mi fue un momento precioso, en ese momento mi marido hizo una foto y se ve claramente la entrega de Mateo, de mi para ellos.
Ellos habían reservado una habitación que estaba al lado de la mía y que se comunicaba por una puerta. Así los cuatro estuvimos juntos los cuatro días que estuvimos ingresados en la clínica. Después de aquello todo fue una fiesta, visitas, amigos, champán… Fue una fiesta de 4 días.
«Ese día sentí el amor puro, el amor puro por el que hicimos lo que hicimos.»
M – Qué bien que todo saliera tan bien y tengas esos recuerdos tan bonitos. Me interesa saber como estaban tus emociones después de todo lo vivido. Además de lo «molesto» de la cesárea y la recuperación que conlleva, muchas mujeres lo pasan realmente mal emocionalmente hablando ¿Cómo estaban tus emociones en ese momento?
X – En ese momento yo estaba en un nivel emocional muy alto, de alegría total. Esos días en la clínica fueron realmente felices. Yo siempre le digo a mi marido que los momentos más felices de mi vida han sido cuando he dado a luz, incluído Mateo, mis dos hijos y Mateo. Porque no solamente es el milagro de la vida, sino que además es sentir la alegría y el amor de los que están a tu alrededor. En Lima la costumbre es que todo el mundo vaya a la clínica a visitarte. Vienen con regalos, flores, comida… Es una fiesta total. Esos tres momentos de mi vida en la clínica dando a luz han sido mágicos.
El último día, el día que volvíamos a casa, amanecí sabiendo que era el día que terminaba todo, el día que terminaba un proceso mágico de casi un año, era ya el final. Y ahí sí, me levanté ya revuelta emocionalmente.
Ese día sentí el amor puro, el amor puro por el que hicimos lo que hicimos. Nos dimos un abrazo de despedida los cuatro con Mateo, fue superespecial.
Y ya nos fuimos a casa. Los primeros días fueron difíciles emocionalmente hablando, las hormonas revolucionadas, pasar el duelo de que se acabó algo tan increíble y que con tanta ilusión habíamos preparado, todo salió maravilloso. Yo me sentía muy agradecida a todo, a Dios, a la ciencia, a los que nos acompañaron. Pero pese a eso el primer día lloré diez veces, el segundo día nueve, después ocho… Poquito a poco la pasión fue bajando y bajando. Todo fue poco a poco volviendo a su lugar. Poco a poco. La primera semana fue súper intensa. Ellos no visitaron, después fui yo, necesitaba verles a ellos, verles en su ambiente, eso me reconfortaba un montón, verlos en familia y simplemente estar allí con ellos, eso me ayudaba. Era muy importante para mi estar cerca. Muy cerca.
M – Qué emocionante y que difícil por muy preparado que estés psicológicamente, ver cumplido ese sueño… Por fin se cumple, se termina y de repente se acaba. Es una sensación me imagino un poco como de vacío, de pena, de algo que ya se ha ido…
X – Exacto
M – Y entiendo que en ese momento empieza otro capítulo, una nueva etapa para todos. Tienes un sobrino, una nueva vida… una sensación de… ¿Cómo lo llamarías tú?
X – Era nostalgia lo que sentía… Nostalgia de que se había acabado esa etapa. Habíamos logrado algo maravilloso, un milagro de vida…
M – Qué emoción, lo veo en tus ojos… Es como si volviera la emoción de esos días, de esa felicidad completa, de estar ahí los cuatro, las visitas…
M – Y el acompañamiento de la organización que contratasteis de maternidad subrogada ¿Cuándo terminó? ¿Tuviste después alguna sesión?
X – Sí, sí. Tuve varias sesiones durante el primer mes de vida del niño con la coach de Lima y con la coach de USA . Ellos tuvieron también su apoyo, tenían que generar vínculo con el bebé. Porque claro, yo durante el embarazo, sentía al bebé todo el rato, moviéndose, le hablaba, le ponía música, pero ellos por más que ponían la mano en la tripa, como es lógico, no sentían lo mismo.
El momento del vinculo para ellos empezó cuando el bebé nace. Ellos comenzaron una etapa y nosotros otra.
M – De todo lo que nos has contado, para tratar de resumir todo lo vivido, me quedo con ese momento de la entrega del bebé, ese momento tuyo y de tu cuñada, esa entrega física. Esa foto, el momento soñado, una imagen… Por fin ha nacido Mateo, aquí esta vuestro hijo, os lo entrego..
Te espero en la siguiente entrevista para que nos cuentes que pasó después. Mil gracias Ximena por tu sinceridad y cercanía.
X – Gracias a ti María, gracias a Tu Familia Crece.
Ya sabes que esta es la entrevista escrita, si quieres escuchar el podcast y todos los demás podcast de Tu Familia Crece, pulsa en el siguiente enlace: https://www.tufamiliacrece.es/podcast-tu-familia-crece/
En la entrevista anterior ya os hablábamos del libro que comenta Ximena para explicar a sus hijos la maternidad subrogada. En el siguiente enlace podéis encontrar otros cuentos que tratan el tema de la gestación subrogada: https://babygest.com/es/cuentos-infantiles-para-explicar-la-gestacion-subrogada/#:~:text=qu%C3%A9%20lo%20hacen.-,Mam%C3%A1%20y%20pap%C3%A1%20por%20gestaci%C3%B3n%20subrogada,los%20gametos%20de%20sus%20padres.