Hoy estoy contigo para hablarte de algo aparentemente muy básico, algo que hacemos constantemente desde que comienza nuestro día… Escucha tu cuerpo y tus emociones.
Yo analizo cómo he dormido, cómo me siento después de haber dormido. Aunque solo sea un segundo, porque no puedo perder más para no empezar tarde con la rutina de cada día… En ese segundo me escucho, escucho mi cuerpo, mis sensaciones, mi estado de ánimo y así comienza mi día…
Luego cada uno sigue con su despertar…
Como veis desde que amanecemos estamos escuchando, por eso hoy voy a hablaros de la ESCUCHA.
«Y es que ESCUCHAR es mucho más que oir, digamos que ESCUCHAR es oir más interpretar, dar sentido a aquello que oímos.»
Llevándolo a los temas principales en los que nos centramos en Tu Familia Crece, que son la FERTILIDAD y la ADOPCIÓN, quiero contaros que a lo largo de ambos procesos no me escuché lo suficiente.
Yo pasé por diferentes altibajos y durante ese tiempo iba echándome encima todo lo que me iba sucediendo. Me daban una mala noticia y me decía a mi misma “… no pasa nada, venga!!! Sigue!!!” Y seguía, y a por el siguiente paso, y venía otra mala noticia… “Venga!!! No pasa nada tampoco, Vamos!!!” Y ahora a por la adopción y más años de espera, y trámites, y llamadas y preguntas sin respuestas y no pasa nada, seguimos!!! …. Y de pronto mi cuerpo comenzó a enviarme señales de que debía parar, pero yo no era consciente de ello…
En ese momento no me escuché…
Era tan grande mi ilusión por ser madre que me olvidé de mi, de lo que mi mente y mi cuerpo estaban sufriendo. Mi vida iba a mil revoluciones, sin parar, yo me sentía agotada, pero seguía con mi lucha y persiguiendo mi gran sueño. ¿Qué ocurrió? Que viviendo a esa velocidad, de pronto, sufrí un ataque de ansiedad cuando menos lo esperaba.
Estuve tirando tanto tiempo de mí y de mi cuerpo que éste me avisó, me dijo que frenara y me cuidara y no le hice caso.
A continuación me tocó escucharme, cuidarme, mimarme…, es más, dejar que me cuidaran, pedir ayuda para superar esos momentos tan duros.
«…escucha tu CUERPO y tus EMOCIONES»
Y cuando fui consciente de eso, mi vida cambió. Comencé a prestarme atención, empecé a cuidarme, me miré y vi lo que estaba haciendo conmigo. Si yo no me cuidaba, ¿quién iba a hacerlo?
Por eso quiero deciros que si estáis pasando por alguno de estos procesos, os escuchéis, os miréis con cariño, con calma, con cuidado, ante todo sois personas, porque estos caminos para ser padres en la mayoría de los casos tienen mucho desgaste.
Queridos amigos, de todo se aprende, a partir de ahí yo fui capaz de escucharme a mí misma. Escuchaba mi angustia por la falta de noticias, escuchaba mi ilusión al saber que mi sueño algún día se cumpliría, escuchaba mi desesperación al ver pasar los años sin mis hijos… Escucharme me permitía observar lo que me pasaba, afrontarlo, aceptarlo y expresarlo con palabras, y pedir ayuda si era necesario.
Y es que escucharme me permite validarme, aceptar lo que me pasa, igual que escuchar al otro me permite validarlo y aceptarlo como otro ser válido. Al escuchar le decimos al otro “te escucho, te veo, eres importante para mí, me interesa lo que me cuentas”. Y eso me ayudó a poder hablar con mi marido de lo que nos pasaba de lo que sentíamos en esos momentos y así afrontar la espera de una forma mucho más fácil y llevadera.
¿Y tú? ¿Te has parado a pensar cómo te sientes? ¿Has dedicado tiempo a escuchar a tu cuerpo? Si estás cansado, si te faltan fuerzas para empezar el día, si por el contrario estás eufórico, alegre, con fuerza para enfrentarte a un nuevo día…
Y por qué os cuento esto, porque como ya os he dicho, escucharme me permite validarme, aceptar lo que me pasa. Y esto es fundamental para seguir adelante en estos largos procesos. No lo olvides, escucha tu cuerpo y tus emociones.
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