Esta es la historia de Berta e Íñigo, dos jóvenes Madrileños de 33 años que están a punto de iniciar su primer tratamiento de fertilidad.
Cualquier momento de un proceso de embarazo es importante, este en el que se encuentran ellos es el momento 0, igual de importante que los que vendrán después.
En Tu Familia Crece iremos viendo a lo largo del tiempo los pasos que van dando.
Esta primera entrevista es sincera y llena de sentimiento.
“… existe la posibilidad de vivir esta experiencia como una de las más enriquecedora de tu vida…”
Berta nos cuenta que empezó en este camino con muchos deberes hechos. “… antes de plantearnos ser padres me informé muchísimo. Por eso cuando me planteé el embarazo tenía mucha información sobre mí y pensaba que iba a ser coser y cantar, pues mi problema con la ovulación estaba ya controlado y mis ciclos eran regulares.”
Me casé hace menos de dos años, en ese momento ya quería quedarme embarazada y pensaba que iba a ser fácil pues pensaba que tenía todo “bajo control”. Pasaron 6 meses desde que empezamos a intentarlo y al ver que pasaban los meses comenzamos a mirar qué pasaba.
María – ¿Qué hicisteis?
Nos hicieron las 4 pruebas de rigor, histerosalpingografía, hemograma, seminograma y salió todo bien. Aquello fue muy difícil de gestionar, me sentía frustrada y perdida porque nadie tenía intención de indagar. Nos mandaban ya a tratamientos de fertilidad directamente. No había razones para ello y eso nos hizo sentir desamparados. Pensábamos: “Y ahora ¿quién se hace cargo de lo mío? ¿Y qué hago si se supone que estamos bien y no me quedo?”
Empezamos a buscar respuestas porque no nos parecía suficiente ni nos apetecía meternos de lleno en tratamientos.
Indagamos en otras especialidades y nos hicieron pruebas y encontramos cosas que pueden estar infiriendo en que consiga el embarazo, pero no son determinantes, al menos encontramos razones.
Entre otras cosas descubrimos que yo tengo sensibilidad al gluten y me ha cambiado la vida. Empecé a dejar de tener síntomas que he tenido siempre y ¡¡¡Estoy con muchísimo más ánimo!!!
Angela – ¿Cómo te sientes con esta situación en la que no puedes controlar nada? Porque me da la impresión por cómo estás comentando tu historia que te gusta tener las cosas ordenadas.
Uf, lo he pasado fatal. He pasado una primera fase en la que lo único que quería era saber más, cubrir todos los flancos posibles, tener toda la información y sin embargo ahora mi cuerpo me pide a gritos “dejar de hacer”. Me he dado cuenta de que estoy exhausta, estoy cansada de hacerme test de ovulación, no quiero seguir rechazando planes y estoy cansada de pensar en que todo esto es responsabilidad mía. No quiero condicionar todos los aspectos de mi vida a la posibilidad de que por fin un mes no me baje la regla. Ha sido un cambio transcendental en mi vida.
A mí lo que más me ha enseñado esto es a por fin empezar a convivir con la incertidumbre. Yo llevo toda mi vida planificando todo, la incertidumbre era mi peor enemigo y ahora hasta¡¡¡ me cae bien!!! Hace unos meses hubiera pagado porque alguien me dijera lo que va a suceder, pero ahora es como que no quiero saber nada, no se qué pasa, pero siento que lo que quiero es que todo se resuelva poco a poco cuando tenga que ser.
M – ¿Existe presión por parte de la familia directa, amigos, etc? ¿Cómo lo vives tú?
Por parte de la familia no hay presión directa, algo deben intuir porque nadie nos pregunta y yo lo agradezco. Pero es una presión que la sientes. Te das cuenta que es como si todos tuviéramos pegada la etiqueta de lo que esperan de ti. Y yo ahora estoy en el momento en que me toca ser madre y no lo estoy cumpliendo porque socialmente se espera y te tienes que enfrentar a esto.
Este proceso también te puede hacer sentir que te quedas atrás. Así lo he sentido yo. Los demás ya van por el segundo hijo cuando antes ni siquiera querían tenerlos. Tienes la sensación de que su vida evoluciona y la mía no. Pero ahora lo veo de otra manera, ahora veo que lo veía en función de esos estándares sociales, ahora soy consciente y veo todo lo que he evolucionado.
Los dos hemos evolucionado, cada uno en su momento y a su manera, ha sido una situación muy difícil en algunos momentos, pero los dos hemos ido en la misma línea. La comunicación ha sido muy fácil, porque los dos somos un bloque inquebrantable ante todo, pasará lo que pase, pero nosotros siempre unidos y fuertes. Vamos juntos a todas las consultas y tomamos todas las decisiones juntos. Lo fundamental es no caer en pensar que el otro no siente lo mismo que tú en el mismo momento que tú y que por tanto no siente nada. Nada más lejos de la realidad, claro que siente, pero es otra persona, y gestionamos las emociones de manera distinta y en momentos distintos. Me he dado cuenta de que es posible sentirte querida y profundamente respetada aunque la otra persona no sienta lo mismos que tú en ese mismo instante. En fin, que soy muy afortunada, que no podía haber elegido a una persona mejor para enfrentarme a todo esto.
A – Claro, es importante aceptar ambos que no estamos enfermos, sino que simplemente es que queremos ser padres con la incertidumbre de no tener fecha. En estas circunstancias solemos echar la culpa a cualquier cosa externa, del cuerpo o del alma… o de ambos.
¿Habéis hablado de qué pasaría si no sucede el embarazo? Sí, ha sido una de las conversaciones más desgarradoras. Es algo que tienes ahí, pero sacar ese miedo y ponerlo encima de la mesa ha sido intenso. Nosotros tenemos claro que lo intentaremos por todas las vías. Nosotros lo que queremos es tener una familia.
¿Sabías que tú ya eres una familia? Tu familia sois vosotros dos y los que vengan vendrán, si es que vienen, pero lo que tu tienes ahora ya es una familia y es lo más potente que vas a tener en tu vida porque es tu elección. Es algo que tú has elegido, lo demás no, lo demás te viene o no. Es muy importante ser consciente de ello.
B – Es cierto, nunca lo había pensado…
M – Me encanta que tenga sentido para ti, esto que te ha dicho Angela te empodera, te ayuda a enfrentarte a lo que venga de otra manera , que seas consciente de eso, que ya tienes una familia y más por lo que nos cuentas que es que Iñigo y tu formáis un núcleo duro.
A- Te felicitamos por esa base tan sólida de pareja, que por cierto es algo que compartimos también nosotras dos contigo. Somos afortunadas por tenerlos y porque nos lo curramos , porque hay que currárselo y esa es la puerta para lo que tú quieras en la vida.
B – Yo me siento muy afortunada.
M – ¿Cómo te sientes ahora que estás a punto de iniciar tu primer tratamiento?
Ahora mismo no tenemos una fecha concreta. Iríamos directamente a FIV, ya tenemos la clínica que nos ha dado mucha confianza pero no sabemos cuándo lo vamos a hacer. Me siento ahora mucho más tranquila de lo que me hubiera imaginado, el hecho de no haberme dado prisa no ha sido una pérdida de tiempo. Ahora soy consciente que el haber tenido que esperar es algo positivo. Ahora por conocer a otra gente y a otras experiencias se por ellas que el hecho de que no te funcione la primera vez no significa nada. Se me ha pasado la prisa, no tengo la sensación de que tengo que hacerlo ya. NO tengo razones para pensar que tenga que hacerlo ya, vamos a darle unos meses. No era consciente de lo desconectada que estaba de mis emociones.
A – ¿Qué titular le pondrías a esto último? Que yo ahora he sido consciente de que la historia de mi familia ya había empezado y no me había dado cuenta, lo que pasa es que tenía un prólogo muy largo.
M – ¿Qué te gustaría transmitir a las personas que como vosotros están iniciándose en esta misma experiencia?
Que existe la posibilidad de vivir esta experiencia como una de las más enriquecedoras de tu vida.
Yo soy más feliz ahora que cuando pensaba que todo iba a salir rodado y que no iba a tener ningún problema para tener hijos.
A mí esto me ha abierto a más dolor pero también a más felicidad. Yo ahora soy más libre (de elegir que quiero hacer) y por tanto más feliz.
Cuando acepto que algo me duele y me permito quejarme, dura menos. NO va a pasar nada. Se trata de aceptar lo que te pasa.
A – ¿Sabes además que pasa? Que con el tiempo te das cuenta que los adultos no lo sabemos todo, que la madurez que ganamos con las experiencias que vamos viviendo, el aprender cosas nuevas de la persona con la que compartes tu vida… Vas creciendo en una dirección u en otra con más o menos dolor… Pero vas creciendo y al final eso hace que seas una persona más íntegra con o sin hijos.
B – Es verdad
A – Y tú concretamente, ese ejercicio, ese curro personal que te has hecho no es en balde, te ha servido para llegar a conclusiones… Es fantástico… Al final es crecimiento personal.
M – El crecimiento personal es absoluto, tú lo has ido diciendo constantemente.
B- Sí, sí, así me siento… A veces pienso: ”¿Qué voy yo a aportar yo a alguien que su objetivo último sea tener hijos, cuando yo no lo he conseguido?” Pero me he topado con otras cosas que no esperaba para nada, para nada imaginaba, me siento muy agradecida.
A-¿Podrías decirnos tres cosas con las que te has encontrado en el camino que no esperabas?
- Soy mucho más fuerte de lo que imaginaba.
- Que la incertidumbre no es mi peor enemiga.
- Y que yo no podía darme cuenta de esto antes, ha ocurrido cuando ha ocurrido.
- Que el camino de uno/una es personal e intransferible.
Yo esto lo no lo podía acelerar y tampoco nadie desde fuera me podría haber intentado convencer para que me sintiera como me siento ahora. No solo habría sido inútil sino que me habría hecho sentir mal e incomprendida..
M – ¿Qué le dirías brevemente a las mujeres que te están leyendo y que están empezando a ver que no se quedan embarazadas de forma natural?
Que lo que te están diciendo no es que no te vayas a quedar embarazada, sino que hasta ahora no ha sucedido. No te están adivinando el futuro… Y que se atrevan a sentir todo lo que se puede sentir con esto, con lo bueno, con lo malo, con la montaña rusa emocional que supone cada mes. Lo peor que te puede pasar es que sea incómodo, pero no pasa nada más. Yo muchas veces no me permitía sentir dolor, ni sentir tristeza. Y cuando lo pensaba me decía: “¿Qué es lo que me va a pasar si siento tristeza o si me permito llorar y siento que esto es una mierda (con perdón)…?” No pasa nada, no vas a perder el control, no te vas a volver loco… No pasa nada.
M – Me encanta cuando dices: “… acepto que algo me duele y me permito quejarme, dura menos tiempo…”
Si, mira, los niños lo hacen muy bien, ellos son capaces de ponerse a llorar y tener una rabieta y que se les pase rápidamente y al rato están felices, ellos siguen manteniendo esa capacidad de autorregulación que nosotros por alguna razón hemos perdido, nos hemos privado de eso.
M – Es verdad, estamos acostumbrados a auto-controlarnos tanto para que no opinen los demás o para intentar nosotros no sufrir, nos vamos conteniendo demasiado… y por eso en este proceso tan duro, tan largo, nosotras queremos estar ahí, para que la gente sepa que no están solos y que nosotras les vamos a acompañar.
A – Berta, nos gustaría tenerte de nuevo y seguiros a Iñigo y a ti paso a paso en este proceso que ahora acabáis de comenzar y que tan generosamente estáis compartiendo con los lectores de tu familia crece. Nos haría mucha ilusión.
B- A mi sí que me hace ilusión. Gracias.
