Hoy veremos el impacto que tienen los mensajes que se transmiten de generación en generación. ¿Eres consciente de los mensajes, los pensamientos, las creencias que te han llegado a ti de tus padres, de tus abuelos? ¿Y de cómo la transmites a tus hijos?
Cada familia, de generación en generación nos pasamos mensajes, hábitos, creencias, secretos de unos a otros.
Pensándolo te darás cuenta que muchos son muy positivos, otros no tanto.
Hoy vamos a dedicarle un rato a este tema que ciertamente tiene mucha miga y es interesante. He recopilado información y recuerdos de varias familias de mi quinta para escribir sobre esto.
Probablemente al final de esta reflexión entenderás mejor las creencias que te hacen bien y las que te limitan y qué puedes hacer al respecto.
En España, los mensajes que la sociedad recibió durante el franquismo no son los mismos que durante la transición, ni son los mismos que en plena democracia y evidentemente nada tienen que ver con los de 2022.
¿Qué ocurría socio políticamente en España cuando nacieron tus padres? ¿Como pensaban tus abuelos?¿Que educación les dieron?¿Cómo se divertían?
¿Y tú? ¿En qué momento de la historia naciste? ¿Cómo era tu vida cuando eras pequeño? ¿Qué valores te enseñaron tus padres? ¿Cómo te divertías?
Qué importante es para una persona el momento socio económico en el que nace y la familia en la que crece ¿Os habéis parado a pensarlo?
Voy a exponerte pinceladas de cómo era mi época para que me entiendas mejor. En esta reflexión, no juzgo ni los mensajes que recibimos en los 70, ni los mensajes que reciben en los 2000, simplemente te sugiero que pares y lo pienses para sacar tus propias conclusiones.
¿Cómo era la sociedad en la que yo nací? Yo nací un mes antes de la muerte de Franco, Octubre de 1975, un momento histórico convulso… Una sociedad que ese año salía de una dictadura, una sociedad conservadora donde solo había declaradas familias heterosexuales, una sociedad donde no se hablaba de diversidad ni de sexo, donde no existia el divorcio, donde había mucho prejuicio, importaba mucho el qué dirán. Era una sociedad segura, no había prácticamente delincuencia. Hasta ese momento no había existido la libertad de expresión, la sociedad no hablaba de sus necesidades. Teníamos un teléfono fijo en casa y nos bastaba para hablar con nuestros amigos y para quedar en un sitio ¡y NOS ENCONTRABAMOS!
La diferencia de género estaba muy marcada. Los chicos hacían “cosas de chicos” y las chicas “cosas de chicas”… No se cuestionaba mucho que un chico quisiera jugar a la goma y una chica quisiera jugar al fútbol.
Recuerdo un mensaje importante de mis dos abuelos y es que un hijo y un nieto, preferiblemente el mayor, tenía que llamarse como ellos, perpetuando una tradición de nieto, hijo, padre, abuelo y bisabuelo. Y así se ha hecho en mi familia, te gustase o no el nombre de tu abuelo… Se ha puesto generación tras generación y el que no se lo puso… Tuvo un disgusto…
Durante los años de cole no preguntábamos a penas nada de lo que nos generaba curiosidad… No era un tema de desconfianza con la familia era algo que estaba ahí en la sociedad… Había muchos temas de los que no hablábamos con ellos: de sexo, de homosexualidad, de adopción, porque nos daba vergüenza preguntarlos y creo que a ellos sacarlos… pensando en su educación, en su contexto histórico.
Tampoco se hablaba habitualmente de emociones… Yo creo que nuestros abuelos y nuestros padres simplemente no estaban preparados para ello. Si lo pasabas mal por algún motivo o por algún compañero del cole, sino lo contabas tú probablemente ellos no se enteraban. No se daban espacios para poder hablar de cómo te sentías.
¿Veis por qué es tan importante el contexto para entender a las personas desde una perspectiva más amplia?
Sin duda lo hablado y lo callado forjan parte de nuestra personalidad.
Como os decía al principio los mensajes con los que crecemos pueden ser enriquecedores y otros limitantes. Preguntando a mi alrededor, he recogido algunos ejemplos que ilustran estos mensajes intergeneracionales : «hija, yo es que colgaba el abrigo y me quedaba embarazada», “los niños no lloran”, «tú no vales para esto», «Marcos, tu tienes que ser zapatero como tu padre y como tu abuelo» ,»no te metas en la cama con nadie, no te vayas a quedar embarazada», «eres el hombre de la casa», «de casa se viene llorada», «tu puedes con eso y con mucho más», «en mi familia mandan las mujeres» ,»eres un desastre», «como eres el mayor tienes que…», «soy tu madre, te tienes que ocupar de mi», etc, etc… ¿Alguno te suena?
Los mensajes que recibes de tu entorno y de tu familia durante tu desarrollo emocional infantil y adolescente forjarán parte de tu personalidad.
Por otro lado, el consumo de pantalla era limitado. Primero porque solo existía la televisión y únicamente los más afortunados tenían acceso a ella con un aparato por casa. Segundo porque sólo ponían dos o tres series de dibujos y siempre a la misma hora por la tarde. En ese sentido nuestros padres lo tenían fácil. Lo que veíamos estaba controlado y ajustado a nuestra edad.
Nos chiflaban los dibujos. Crecimos con Dragones y Mazmorras, David el Gnomo, Banner y Flapy, Comando G, Ulises, He-Man y Fraguel Rock. Todo era «autorizado», «ideal», se guardaba una compostura, era amable… Te ponían dos rombos arriba a la derecha de la pantalla sino era un programa para niños. Desde luego en lo que nosotros veíamos no había culto al cuerpo, ni manifestaciones sexuales y por supuesto los dibujos no decían palabrotas. Todo era una visión muy naif, una visión muy infantil de lo infantil.
En el último capítulo del podcast de mi amiga Charo Marcos: «Geopolítica de los dibujos animados» nos cuenta mucho mas sobre que mensajes hay detrás de los dibujos animados de todos los tiempos. Es un programa de análisis donde los contertulios nos cuentan que «La política internacional está por todas partes, incluso en los dibujos y en las series que vemos. Al final es una de las formas en la que cada país nos vende su cultura.» https://open.spotify.com/show/2pXBpdfJoAo2iNz5G25n
Los dibujos y las series son un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Se pone de manifiesto el poder que tienen los dibujos no solo en los niños de todas las épocas sino también en los adultos.
Entrados los 80 la cosa empieza a cambiar, la libertad de expresión se empieza a manifestar. La TV es una explosión de creación y hay muchísima oferta. Recuerdo que se empieza a ver gente de otras razas en series americanas. También se empieza a hablar de la homosexualidad. Por supuesto ya existían series de mayores que nos atraían pero que «no eran autorizadas» para menores de 15 años y no era fácil verlas aunque quisieras ya que por la noche siempre estaban tus padres en casa y solo había una tele, así que te mandaban a la cama.
Los fines de semana comías con tus abuelos y tus primos, paseos por el parque del retiro, comprabas la prensa en el quiosco e ibas a la tienda de chuches. Era una vida tranquila.
Jugábamos todo el rato con juguetes o con nuestra imaginación… No había otra cosa… Cuando nos aburríamos nadie nos entretenía… Nos aguantábamos y punto. Es verdad que unos años después fue la revolución porque salió la primera consola de Mario al mercado y el primer tocadiscos de Fisher Price!…. ¡Aún los conservo!
Yo tengo un recuerdo muy presente: estar por la noche en la salita viendo el telediario con ellos, me encantaba… Obviamente no por el telediario… Pero sí por estar juntos los cuatro… ¡Oye y al final acabó gustándome el telediario! Esta costumbre que adquirimos de niños la seguimos luego hasta que nos casamos y yo la he comenzado hace poco con mis niños .
«HE APRENDIDO QUE CUALQUIER BUEN RATO QUE PASES CON TUS HIJOS TENDRÁ UN IMPACTO POSITIVO EN ELLOS»
Todos los mensajes, todas las creencias y los valores que me reconfortan los tengo bien guardados en la mochila y los utilizo a diario y los que no me gustan, los estoy trabajando porque no quiero repetirlos con mis descendientes hoy.
Y efectivamente, esto nos lleva al HOY.
¿Cómo es la sociedad actual? ¿Qué está ocurriendo hoy en España? ¿Qué mensajes y valores reciben los niños, cómo los estamos educando? ¿Con qué se divierten? Piénsalo…
En 2022 estamos en plena Democracia, la sociedad es Libre, la libertad de expresión se manifiesta cada día con diferentes debates en todos los entornos: colegios, amigos y familias. Es una sociedad donde la gente va andando por la calle con un teléfono móvil en la mano. Existen diferentes tipos de familias en nuestra comunidad: heterosexual, homosexual, monoparental y adoptiva. La diversidad está cada vez mas presente y se trabaja activamente para que se respete y se acepte. A los niños se les enseña a ser inclusivos. La inteligencia emocional es importante y se trabajan las emociones. En esta sociedad tenemos comunicación directa con el colegio y con los padres de la clase.
En cada hogar hay de media dos dispositivos digitales además de dos teles, con lo que en una familia de cuatro, cada miembro puede estar viendo un programa distinto. Por eso la labor como padres se nos complica. Porque si no estamos atentos no sabemos lo que están viendo. A lo que voy… Es importante enterarse de lo que ven para ver si es apropiado o no para su edad, para mi esto último es la clave.
Pregúntales, siéntate a ver la tele con ellos. Al interesarte podrás ir adaptando tu época a la suya . Podrás explicarles tu visión, lo que veías tú cuando eras pequeñ@ y despertarles la curiosidad. El otro día vimos juntos «Regreso al futuro» y ¡ les encantó! Podrás hablar, comentar, abrir debates sobre temas que ellos conocen y que tu debes saber qué opinan y no mirar para otro lado porque te incomoda. En definitiva podrás PREVENIR aquello que no les conviene y acompañarles en su crecimiento .
Nuestros niños son de la era digital, necesitan una tablet para estudiar, leer, visualizar, comunicarse, jugar. Todo ocurre rápido, esta muy presente la inmediatez... Además al existir internet la variedad del contenido es infinita. Tienen acceso a cualquier serie o programa del mundo. Este avance es francamente increíble pero también peligroso, no lo perdamos de vista.
A estos niños les cuesta aburrirse, necesitan estar haciendo algo constantemente, también es la era de la Frustración.
Tus niños saben antes lo que tu tardaste en saber mucho más tiempo. Lo pueden buscar todo. Debemos estar atentos, tratar de no censurar y sobre todo HABLAR. HABLAR MUCHO.
Como veis hay un salto importante entre las dos épocas. Aun así nuestras dos infancias tienen muchas cosas en común de las cuales todavía no hemos hablado: nos gusta pasear juntos, nos gusta estar con los abuelos, nos gusta ver un programa juntos, nos gusta hacer legos, nos gusta hacer puzles, nos gusta jugar al pilla pilla, nos gusta escondernos y que nos encuentren, nos gustan los juegos de mesa, nos gusta saltar, nos gusta cantar, nos gusta bailar, nos gusta coger palos y crear cosas, nos gusta tirar piedras… Muchos de estos hábitos, de estos juegos, de estos valores, de estas creencias que reciben se los estamos transmitiendo nosotros porque es lo que hemos aprendido y lo que nos gusta hacer.
Hazles saber lo que es importante para ti. Debemos insistir en lo que creemos que es bueno para ellos. Esas conversaciones, esos momentos, les van a acompañar toda su vida. Puede ser cansado, está claro, porque repetirse una y otra vez no mola pero merece la pena hacer el esfuerzo. Es lo que va a quedar en su mochila del mañana.
Nosotros , todos, escuchamos mucha musica juntos. Me encanta ver como conviven Mecano , U2 y el utlimo de la fila con Camilo, Bad Bunny e Imagine Dragons.
PREGUNTA lo que quieres saber, intenta ESCUCHAR sin juicio, EXPLICA lo que no te gusta… DEJA CLARO lo que te gusta, FLEXIBILIZA tus posturas. ¡¡¡INSISTE!!!
También te sugiero que pienses y trabajes tus creencias limitantes que te llevan a hacer comportamientos no deseados… Puede ser muy liberador, seguro que sabes de lo que te hablo, así que cuida tu Salud Emocional. Si no logras hacerlo tu solo siempre puedes acudir a un profesional que te ayude a identificarlas y modificarlas o incluso eliminarlas. Este es el ejercicio necesario para no reproducir patrones de antaño.
Espero que este artículo te haya ayudado a pensar en tus abuelos, en tus padres, en ti y en tus hijos. Al tener las cuatro perspectivas seguro que has podido sacar tus propias conclusiones. Tus abuelos lo hicieron lo mejor que supieron con tus padres y tus padres lo mejor que supieron contigo ahora te toca a ti.
CRECE COMO FAMILIA.
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